Imagina que una marca te cuenta una historia maravillosa sobre cómo cambia vidas, cuida el planeta o transforma realidades, todo suena inspirador, emocional, bien pensado, pero cuando te detienes a mirar con más detalle, te das cuenta de que esa historia no tiene un respaldo real. Las acciones no coinciden con el mensaje, las decisiones de la empresa van en otra dirección y al final todo se queda en un bonito discurso, ¿te ha pasado?
Cada vez más personas detectan ese tipo de inconsistencias y desconfían de las marcas que dicen mucho, pero hacen poco. Por eso nació el storydoing, una forma de comunicación que busca algo más que contar historias, busca vivirlas; porque las marcas más relevantes hoy no son las que más hablan, sino las que actúan de forma coherente con lo que dicen.
Contar historias ya no es suficiente
Durante mucho tiempo, el storytelling fue el rey del marketing, y con razón, a todas las personas nos gustan las buenas historias, las marcas lo entendieron y comenzaron a usarlas con emoción, buscando generar empatía, mover sentimientos y crear conexiones más humanas con sus audiencias.
Pero el panorama ha cambiado, hoy, las personas no se quedan solo con lo que una marca dice, quieren ver si realmente lo hace. Las palabras ya no bastan si no están respaldadas por acciones, ahí es donde el storydoing tiene relevancia, como ese siguiente paso natural que va del discurso a la coherencia, de la promesa a la experiencia vivida.
¿Qué es el storydoing?
El storydoing es mucho más que una tendencia con nombre atractivo, es una manera de hacer marketing donde las marcas no solo comunican lo que creen, sino que lo demuestran con hechos. Es pasar de decir “esto es lo que somos” a mostrarlo en cada acción, decisión y experiencia que se genera alrededor de la marca.
Se trata de vivir la historia que quieres contar, si dices que eres una marca comprometida con el medio ambiente, el storydoing te reta a que ese compromiso se vea reflejado en tu cadena de producción, en tus campañas, en tus alianzas. Si hablas de inclusión, entonces tu equipo, tus mensajes y tu manera de comunicar también deben ser inclusivos.
Cuando una marca practica el storydoing, su narrativa se vuelve tangible, no necesita explicarse tanto, porque sus acciones hablan por sí solas. Y eso, en un entorno donde la confianza y la autenticidad son clave, marca toda la diferencia.
¿Por qué está marcando la diferencia?
Porque hoy más que nunca, las personas valoran la autenticidad, ya no se trata solo de construir una imagen atractiva, sino de demostrar que detrás de esa imagen hay sustancia, coherencia y valores vividos en el día a día.
El storydoing marca la diferencia porque permite a las marcas conectar de forma más genuina con sus audiencias, cuando alguien ve que lo que dices está alineado con lo que haces, se genera confianza, y la confianza, en el mundo digital actual, es uno de los activos más valiosos que una marca puede construir.
Además, el storydoing no se queda en un mensaje bonito o en una campaña creativa, se traduce en experiencias reales que las personas pueden vivir, compartir y recordar. Es mucho más probable que alguien se sienta identificado con una marca que le hace vivir una historia, a que solo le cuenten una en un anuncio.
Este enfoque también humaniza a las marcas, las vuelve más cercanas, más transparentes y más creíbles y lo mejor es que no se necesita ser una gran empresa para comenzar a hacerlo, cualquier marca, sin importar su tamaño, puede empezar a actuar con propósito y coherencia desde lo que ya hace.
¿Cómo puede empezar tu marca a hacer storydoing?
Pasar del storytelling al storydoing no significa dejar de contar historias, sino empezar a vivirlas de forma consciente y estratégica, y aunque pueda sonar complejo, todo comienza con un paso, la coherencia.
Te compartimos algunas ideas para empezar a integrar el storydoing en tu marca, sin importar su tamaño o giro:
Conecta con tu propósito, pregúntate qué mueve a tu marca más allá de vender, ¿qué valores la inspiran? ¿qué cambio busca generar en el mundo? tener esto claro te ayudará a identificar qué historia quieres vivir.
Haz una pausa para observar, revisa tus productos, servicios, procesos internos y comunicación externa, ¿lo que haces está alineado con lo que dices? a veces, pequeños ajustes pueden generar grandes cambios en percepción y coherencia.
Diseña experiencias reales, no se trata solo de lanzar campañas bonitas, sino de crear momentos auténticos que muestren tu compromiso, puede ser un evento, una dinámica, una política interna o una colaboración estratégica que demuestre tus valores en acción.
Comparte con honestidad, a las personas no les interesa la perfección, les interesa la autenticidad, muestra lo que estás haciendo, aunque sea un proceso en construcción, ser transparente también construye confianza.
Involucra a tu comunidad, el storydoing se vuelve más poderoso cuando invitas a otras personas a formar parte de la historia, piensa cómo puedes crear espacios de participación y generar un sentido compartido de propósito.
Dar estos pasos te ayudarán a fortalecer tu marca y también te permitirán diferenciarte en un entorno donde muchas empresas aún se quedan en el discurso. Cuando una marca actúa de forma coherente, genera una conexión que va más allá de lo comercial.
Ejemplos destacados de storydoing
Patagonia, cuando la sostenibilidad se vive
Patagonia, la marca de ropa outdoor, es un gran ejemplo, su historia gira en torno al cuidado del planeta, y lo demuestra constantemente, desde sus procesos de producción sostenibles hasta su activismo ambiental. En lugar de lanzar solo campañas publicitarias, hace cosas como donar parte de sus ganancias a causas ecológicas, promover la reparación de ropa para evitar el consumo excesivo, y tomar postura pública sobre temas ambientales, esa es su historia y la está haciendo realidad.
WestJet, el espíritu navideño que sorprende en tiempo real
WestJet llevó el storydoing a otro nivel con su famosa campaña Christmas Miracle. Invitó a los pasajeros a compartir sus deseos navideños en un kiosco con un “Santa virtual” antes del vuelo, y al llegar a su destino, recibieron esos regalos inesperadamente en la cinta de equipaje, fue una experiencia real, emotiva y personalizada que reflejó perfectamente los valores de la marca.
Dove, la belleza más allá del espejo
Dove ha impulsado por años campañas sobre la autoestima y la belleza real, pero con Real Beauty Sketches hizo algo distinto, creó una experiencia donde varias mujeres describieron su apariencia a un retratista forense, sin verse. Luego, otras personas describieron a esas mismas mujeres. El resultado fueron dos retratos muy diferentes, uno basado en la autopercepción, y otro en cómo las veían los demás.
Esta experiencia no solo mostró un mensaje poderoso sobre cómo nos vemos a nosotras mismas, sino que lo hizo de forma real, sin guiones ni actrices. Dove dejó que la historia se viviera, y el impacto fue global. Es un ejemplo claro de cómo una marca puede traducir su propósito en una acción emocional, memorable y totalmente alineada con sus valores.
¿Y ahora qué?
El storydoing no es una moda, es una evolución natural en la forma de comunicar, las marcas ya no pueden limitarse a prometer. tienen que demostrar, y cuando lo hacen bien, conectan más, venden mejor y construyen relaciones duraderas.
¿Tu marca ya está lista para contar su historia con acciones?